Una sociedad civil con una participación vinculante y no solo consultiva.

Desde mediados del siglo XIX la relación entre el Estado y las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) de atención a la infancia, ha seguido una lógica más cercana a la subordinación que a la colaboración, siendo este uno de los nudos críticos a resolver, puesto que la complejidad de los fenómenos sociales hace necesarios vínculos más horizontales que favorezcan la diversidad y el diálogo.